Wednesday, April 21, 2010

Bienvenidos!

Cordial saludo, amigos, compañeros, colegas.

Aquí comenzamos con el primer blog de las historias parqueras. Un espacio creado para el deleite, la reflexión, la lucha contra el olvido, la identidad y la pasión de nosotros, los que vivimos un estilo de vida trabajando por nuestras queridas áreas protegidas (que otros de adentro se empeñan en mancillar).

Arrancamos desde Iguazú, al lado de estas maravillosas cataratas que muchos empresarios del turismo solamente se empeñan en ver como paisaje y dinero. Y aquí va la primer pequeña gran historia de estos pagos misioneros:

El sobrado con celular

Era el mes del mundial de fútbol 2006. Hacía casi una semana que veníamos haciendo espera en el monte cerca de la repetidora, donde habíamos encontrado un sobrado activo, próximo a unos uveniales que gozan de muy buena salud, a pesar de los dichos del CIES y La Delegación Técnica. Ese día yo tenía "roger" por la tarde, junto a Bocacha y Nelso. Por la mañana había estado Omar y nos había comentado que había escuchado un "sapucay" medio entreverado con los ruidos que hacen los autos en la ruta, que está allí muy cerca de donde hacíamos guardia. Y por la mañana había jugado Argentina (¿se acuerdan de aquel equipo con el "cuchu" Cambiasso?).
Por esas cosas nuestras, esa tarde entramos, como nunca al monte, con chalecos antibalas nuevos, era la nueva orden que rápidamente descubrimos muy difícil de cumplimentar, por lo pesados para andar monte adentro. Nos sentamos en la "covacha" que teníamos, y Bocacha dió la orden de esperar un poco y luego comenzar a avanzar hacia el sobrado aprovechando el ruido de los camiones y colectivos cuando pasaren por la ruta 12.
Caminábamos un poco, parábamos. De acuerdo al ruido que tapaba al monte.
El único que se había sacado el chaleco era Nelso. Con Bocacha, transpirando caminábamos puteando en silencio. Cerca de donde estaba el sobrado nos tiramos al suelo, y empezamos a reptar. Pero en un momento al levantar la cabeza vimos que el cazador, como gato, se largaba del sobrado a unos escasos metros. Nelso salió disparado detrás, más rápido que nosotros porque andaba si chaleco antibalas. Atropellando monte, salimos a la ruta. Alcancé a ver a Nelso que gritaba corriendo: ¡Allá va, allá va! y se agarraba con una mano el cinto del pantalón que se le había cortado. Cruzamos la ruta corriendo, y en una especie de agujero enmarañado del monte estaban, El cazador y Nelso, apuntándose. Cuando nos vió, arrojó el arma, cuchillo y linterna. Lo reducimos, esposamos y cuando lo sacamos a la ruta decía que "andaba sacando fotos para un documental".
Después descubrimos entre sus pertenencias un celular con plena señal. ¡Había gritado en el sobrado un gol de Argentina, después de recibir un mensaje! ¿Que tal? Furtivo sofisticado.

P.D: Este cazador furtivo ya ha caído unas 6 veces, entre operativos de la A.P.N. y Gendarmería. Actualmente tiene pendiente una multa de $ 25.000.

Johnny.